jueves, 8 de septiembre de 2016

¿CÓMO PREVENIR LA AMENAZA SÍSMICA? UN ANÁLISIS SOSEGADO TRAS EL DEVASTADOR TERREMOTO DE AMATRICE



“Nosotros, los científicos hemos hecho un hermoso mapa de amenaza sísmica detallada, mostrando claramente las zonas de mayor necesidad de medidas preventivas. Sin embargo, las autoridades públicas no están tomando las medidas pertinentes”. Giulio Selvaggi


PUBLICADO EN TIERRA Y TECNOLOGÍA Y EN VARIOS MEDIOS
EPICENTRO DEL TERREMOTO M6.2 DEL 24 DE AGOSTO DE 2016


Algo más de una semana después del devastador terremoto (M 6,2) de Amatrice, Italia, que ocasionó casi 300 víctimas mortales, cerca de como lo hizo el terremoto de L’Aquila en 2009, tenemos ya una serie de datos interesantes que atañen a las ciencias de la Tierra y al trabajo que los geólogos brindamos a una sociedad que se empeña en vivir aglutinada en ciudades. Recordemos que más de la mitad de la población del planeta ya vivimos en ellas desde 2010, por lo que comenzó así una nueva experiencia para la vida sobre la Tierra. Aunque esta vez el golpe sísmico haya sido en una zona mucho menos poblada que en 2009, el daño es similar e incluso mayor (entonces se habló de cuatro mil millones de euros). La prevención de las nefastas consecuencias que estos fenómenos naturales ocasionan sobre la población humana se está viendo cada vez más próxima al conocimiento y respeto hacia la propia Naturaleza que a la producción de una normativa “anti”.

La historia nos ha traído infinitud de ejemplos de cuando a la ignorancia del hombre se le suma la soberbia, entonces el fracaso está garantizado. Sabemos que la mejor manera de evitar la destrucción por riadas e inundaciones es no construyendo en el cauce de ríos y llanuras de inundación, o hacerlo acorde con esa realidad y sus frecuencias tomando medidas paliativas o asumiendo el impacto.

La mejor manera de minimizar los efectos catastróficos de un terremoto es no construyendo en los puntos críticos, en esas áreas donde la naturaleza disipa su energía interior. A ningún soldador se le ocurre poner el dedo sobre la fractura a soldar.

Una información que vale para cualquier tiempo histórico futuro y cualquier cultura que se imponga es la localización de las válvulas de escape (fallas) y las zonas de amplificación de las ondas y por lo tanto del daño (terrenos cuaternarios, cubetas sedimentarias, topografía...). La mejor prevención contra los efectos sísmicos es una zonación detallada de las características geológicas y respuestas geotécnicas del subsuelo ante un impacto sísmico, una radiografía de la zona más externa de la corteza sobre la que hemos decidido habitar, establecer nuestras actividades industriales, culturales, educativas, nuestras vidas. Cualquier consideración para echar un pulso y creer vencer a la vehemencia de la Naturaleza es simplemente un acto de ignorancia y soberbia.

Giulio Selvaggi, director de investigación en el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología, en Roma, y uno de los que inicialmente fuera condenado y posteriormente absuelto tras el terremoto de L’Aquila de 2009, al igual que los científicos que asomamos nuestra curiosidad al mundo de la sismicidad, afirmó que estaba sorprendido por la muerte y la destrucción causada por el terremoto de la semana pasada. La región montañosa de Amatrice está escasamente poblada, pero la cifra final de muertos podría superar el de la más poblada y urbanizada L'Aquila. Las respuestas de aceleración del terreno y desplazamiento horizontal nos han dejado atónitos. Un terremoto de esa magnitud y a esa escasa profundidad no se esperaba ni para un retorno de 2500 años.

El geólogo italiano protagonizó una protesta pública por el fracaso de las autoridades tras dar prioridad a la construcción y refuerzo de edificios más resistentes, señalando y subrayando que suministraron mapas de vulnerabilidad sísmica a las autoridades. Afirmó: "nosotros, los científicos hemos hecho un hermoso mapa de amenaza sísmica detallada, mostrando claramente las zonas de mayor necesidad de medidas preventivas. Sin embargo, las autoridades públicas no están tomando las medidas pertinentes". La amenaza sísmica no consiste solamente en vivir cerca de fallas.

Cuatro son los factores que van a determinar la amenaza sísmica repartida en el tiempo en un determinado lugar y para una ciudad concreta, es fundamental el diálogo con los historiadores, también tener estudios de paleosismicidad, conocer la recurrencia temporal del fenómeno sísmico debe ser parte de la cultura de las poblaciones englobadas en zonas sísmicas, pero también de las que no lo son:

1. La actividad sísmica local, es la más importante de las cuestiones a considerar.

2. Las características del terreno que acogerá las ondas, la geología, la topografía, las formaciones cuaternarias locales y la interacción terreno-cimiento.

3. La posibilidad de ocurrencia de sismos a determinada distancia de la ciudad, es decir, la presencia de accidentes tectónicos destacables cerca de los núcleos englobados en su zona de acción, los cuales en interacción con los terrenos que acojan las ondas con características dinámicas determinadas, pueden amplificar la aceleración en superficie.

4. La educación sísmica de la población, una cultura que salva vidas.

La amenaza y la vulnerabilidad son por lo tanto variables que dependen la una de la otra. Los terremotos y las tipologías de suelos o rocas, por sí mismos no tienen por qué ser una amenaza para la ciudad. Las tormentas, las nevadas, el viento, son también fenómenos naturales que de por sí no son dañinos, hemos aprendido a convivir con ellos.

Para que se produzca una desgracia tienen que darse cita una serie de componentes físicos y sociales que se mantengan expuestos y que no se hayan identificado. Un edifico o un barrio puede ser vulnerable a un tipo de terremoto mediano, pero a otro de mayor magnitud y diferente manera de propagación no tiene por qué serlo.

Una de las mejores herramientas para evaluar y actuar en consecuencia es la zonificación geotécnica-sísmica; es un pronóstico basado en los accidentes tectónicos, el estudio de la historia y las características dinámicas de los terrenos, una división que puede hacerse por barrios, manzanas, etc., que nos permite conocer el medio sobre el que construimos nuestras casas, nuestro hábitat.

La confección de mapas de riesgo sísmico locales o microzonificación sísmica ha demostrado ser la mejor de las armas para adelantarse a semejantes embates de la Naturaleza, también que su uso salva vidas y supone un importante ahorro para los estados está más que demostrado en los países de nuestro entorno que ya los tienen. El reto del futuro urbanismo, por tanto, deberá ser el cambio de perspectiva histórica, abandonar los postulados post-industriales del siglo XX y abrirse a este urbano siglo XXI regido por la ciencia, la cultura y las nuevas tecnologías. La sismicidad seguirá existiendo en el siglo XXI.


ENTREVISTA PARA LOS DIARIOS

2016, DOS RÉCORDS A TENER EN CUENTA: SISMICIDAD INDUCIDA (OKLAHOMA M5.8) Y 400 ppm DE CO2



Figura 1. Los procesos del fracking desde la perforación hasta la activación de fallas y generación de terremotos: 1- Perforación e inyección a presión de los fluidos fracturando el macizo rocoso. 2- Extracción de los hidrocarburos a la superficie. 3- Inyección de las aguas residuales a zonas profundas. 4- Activación de fallas profundas y terremotos inducidos.

En realidad, lo que sucede con el cambio climático antropogénico no son fenómenos de un tipo muy diferente al relacionado con la actividad sísmica de la Tierra. 

Con nuestras actividades industriales o geomorfológicas introducimos una serie de variables no poco despreciables que deberían ser tomadas en cuenta por igual

En 2016 sobrepasamos las 400 ppm de CO2. Nunca más en la vida estaremos ya por debajo de las 400 ppm de CO2, ni nuestros hijos, ni los hijos de nuestros hijos...

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Daniel McNamara, geofísico del USGS

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¡UN CAMBIO QUE YA COMENZÓ!

La última semana me he sentido un tanto miserable, inquieto, he estado siguiendo los acontecimientos derivados del último terremoto de Oklahoma M5.8 revisado al alza (en principio se le asignó 5.6 y luego 5.8 por el USGS) como récord de la sismicidad inducida por nuestras actividades industriales, ligado como todo el mundo sabe a las actividades de extracción mediante fractura hidráulica (fracking) y posterior inyección de las aguas utilizadas en zonas profundas (figura 1). Más inquieto aún al ver cómo todavía hay quienes por algún interés particular, sectorial o por simple ignorancia, lo niegan. Las pruebas circunstanciales son infalibles, el resto es querer negar la evidencia.

Cada vez rompemos más récords, cada vez son más violentos y cada vez nos mostramos más indiferentes, da igual que decenas de millones de personas llamen a nuestras puertas o sean engullidos por el mar, muertos bajo los escombros o de hambre en nuestras ciudades de occidente. Creemos que necesitamos su petróleo, su pesca, su uranio, su litio, su gas... Da igual que figuras del calado mediático de Francisco nos adviertan con cientos de alertas. Nos hemos acostumbrado a vivir rodeados de imágenes de violencia, sean éstas largas colas de parados, niños hambrientos en colegios de Madrid, o bajo los escombros en Alepo...


Hasta Francisco pide urgentemente el cambio

No he podido dejar de pensar en el mensaje que varios científicos, humanistas y personas de muchos sectores productivos, de diversos ámbitos de la ciencia, la espiritualidad o la lógica intentamos divulgar y recalcar para concienciar a nuestros dirigentes, debemos tomar una serie de medidas sencillas, pero a la velocidad a la que vamos si no giramos ahora el timón, lo haremos ya muy tarde.

Al introducir en el medio que sustenta y garantiza nuestra propia existencia una serie de acelerados cambios físicos, químicos, morfológios o sociales..., y que siempre tienen respuesta, no podemos seguir mirando a otra parte. Se nos imponen prácticas cuyos resultados nos están asfixiando, envenenado y en definitiva, matando poco a poco, no sólo no se investigan en profundidad para una vez desveladas sopesar su idoneidad, sino que se están incrementando sin ni siquiera imaginar sus consecuencias.

Precisamente el problema es que no nos estamos tomando en serio esas respuestas de un medio natural sometido a mucho estrés. Con las altísimas temperaturas de un septiembre desbocado, me vino a la cabeza entonces el caluroso año de 2012 y su récord de mínimos en el espesor de hielo de Groenlandia, del trasvase de energía de unas zonas a otras del planeta que sobre todo, me produjo tanto sobresalto entonces aquel 2012, las noticias eran muy inquietantes.

Tras el trabajo de Dana Nuccitelli et al. sobre la acumulación de energía en la corteza, océanos y capas de hielo (figura 2) quedé convencido a la sazón, de que más pronto que tarde veríamos lo que pudimos corroborar justo a finales de ese año en cuanto a reacciones telúricas y climáticas excepcionales, tales como los brotes de sismicidad antrópica y climática que tristemente saltaron a la fama, y no por no ser advertidos, El Castor, la Loma de Úbeda, el sur de Pamplona... En 2016 sobrepasamos las 400 ppm de CO2. Nunca más en la vida estaremos ya por debajo de las 400ppm de CO2, ni nuestros hijos, ni los hijos de nuestros hijos... No se trata de echar leña a un creciente fuego ya de por sí demasiado extenso, se trata de identificar por dónde podríamos comenzar a construir algunos cortafuegos. Es una cuestión de habitabilidad, adaptación y gestión de los violentos impactos derivados; para muchas personas una cuestión de supervivencia.

Figura 2. Tierra, Atmósfera y capas de hielo en calentamiento (rojo), de 0-700 metros el calor contenido en el océano (OHC) (azul claro) y entre 700-2.000 metros (azul oscuro). Nuccitelli et al.(2012) , y añadido a la SkS .


¿UNA BOMBA DE RELOJERÍA?

Sí, así es como se está creando una bomba de relojería global fundamentalmente en los océanos (Nuccitelli et al. 2012) aunque también en la parte sólida y gaseosa. El trabajo de Dana Nuccitelli y sus colaboradores dejó entonces bien claro que esta acumulación de ingentes cantidades de energía iba a tener respuestas violentas en algún momento.

La tendencia ha sido aún más acentuada en estos 4 años, se han batido todos lo récords... En primer lugar lo que hay que hacer es asumirlo, prepararnos para los impactos y repensar nuestro hábitat. Un papel que recae en los científicos, urbanistas, ingenieros y arquitectos, también sobre nuestros dirigentes, pero especialmente sobre toda la población en general. Hay cuestiones pedagógicas que hay que abarcar desde las instituciones, aunque el mensaje no sea de color de rosa la ciudadanía agradece la verdad, ésta se nota, subestimar la ciencia popular es el mayor de los errores de cualquier administración; la historia demuestra el fracaso de los paternalismos.

Desde 2010 más de la población del planeta ya vivimos en ciudades. Nunca antes el planeta vivió algo así, esta nueva experiencia para la vida en en la Tierra coincide con el final de la capacidad de extracción de recusos energéticos fáciles y asequibles. Ya no dispondremos de recursos enegéticos fáciles de obtener para enfrentarnos al monstruo energético que se los ha engullido y seguir manteniéndolo a raya. Los eventos extremos derivados de la cada vez más violenta redistribución de la energía liberada se comen más y más PIB cada año. Mientras los economistas clásicos lo contabilizan como crecimiento, termodinámicamente no son sino costosos parches para volver a estados anteriores a las catástrofes. Es como caer en la casilla de la muerte del juego de la oca y tener que volver a empezar. Se trata de un crecimiento ineconómico.

Y es así como desde la ciencia y no desde la economía, se está poniendo en tela de juicio el modelo económico actual. No hay otro mundo para seguir igual, ni físico, ni como enfoque sobrenatural; este último enfoque es en el que parece confiar una ciencia económica fiel a toda eficiencia, como si existiese alguna actividad económica capaz de crear energía por sí misma. La gran pregunta es cuándo habrá que pagar la factura. Y la factura de la era industrial ya ha vencido.

Debemos ser conscientes: hemos consumido buena parte de la energía solar acumulada durante millones de años en capas profundas del planeta (energía fósil) y en menos de dos siglos la hemos liberado; un regalo que sirvió para apuntalar una civilización tecnológica. Sin esa energía como puntal, hubiera sido inviable. Indirectamente y por varios procesos complejos (físicos, químicos, geológicos, biológicos...) esta energia se ha disipado en la única dirección posible: de disponible a no disponibleHa ido a parar a la hidrosfera, la litosfera y la atmósfera en forma de calor. El mundo industrial globalizado se ha diseñado y construido a sí mismo una trampa termodinámica por la que se está deslizando...

En general, la economía aún debe hacer frente a la realidad de que la actividad económica está condicionada por las leyes de la termodinámica. La energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma, y lo hace como decimos en una sola dirección: de disponible a no disponible. Es especialmente notorio el impacto cuando los límites físicos para crecer ya se han sobrepasado.


UN PLANETA INTERCONECTADO

Tal acumulación de energía no disponible, supone que los procesos naturales (patrones climáticos, telúricos, sísmicos, volcánicos...) que antes llamábamos "normales" hoy se vean amplificados, simplemente porque están más potentemente catapultados. Como todas las teorías científicas sobre las causas de los sucesos sísmicos, volcánicos o tectónicos, se han concebido desde la idea de que el movimiento espacial de la materia mineral es el único acontecimiento a tener en cuenta, no se ha contado con la variación y acumulación de energía en las capas sólidas, líquidas y gaseosas del planeta, por tanto no es de extrañar que ninguna de ellas hasta ahora, haya resultado realmente satisfactoria, incluso para el pensamiento de orientación más mecanicista.

En realidad, lo que sucede con el cambio climático antropogénico no son fenómenos de un tipo muy diferente al relacionado con la actividad sísmica de la Tierra. Con nuestras actividades industriales o geomorfológicas introducimos una serie de variables no poco despreciables que deberían ser tomadas en cuenta por igual

Figura 3. Incremento de la sismicidad en el período que va de 1973 (desde que disponemos de una red analógica internacional) hasta el año pasado 2015. En azul terremotos mayores de M5.0, en rojo de M6.0 a M6.9 y en verde los mayores de M7.0. 

El incremento de la sismicidad observado (sometido ahora mismo a una importante y dañina amnesia sísmica) en los últimos años, a la par que el aumento del nivel del mar y la acumulación de energía no disponible por doquier, debiera hacernos reflexionar para repensar nuestra relación de habitabilidad con un medio cada vez más energético e incontrolable, sobre todo tras la menguante capacidad para el manejo de la contraparte energética sí disponible que lo domine o mantenga a raya. Es "LA CRUDA REALIDAD" y nos guste o no, deberemos vivir con ella, mirar a otra parte nos hace (si cabe) cada vez más débiles.

El medio ambiente es a menudo señalado como un patrimonio natural (también social). Pensando de esta manera adoptamos una postura muy moderna, no obstante denota apropiación; nos hemos apropiado de una dinámica que apenas conocemos y menos aún podemos controlar. Aún deberemos demostrar que somos capaces de cambiar una dinámica de sistemas impulsada por nosotros, y que en ocasiones se nos vuelve en contra. Y eso quiere decir demostrar más inteligencia que los organismos unicelulares creciendo y reproduciéndose en un matraz con glucosa, hasta que agotan los recursos, mutan, se alimentan de desechos, se fagocitan y desaparecen.

Las ciencias de la Tierra son vistas cada vez más como una serie de disciplinas que practican científicos cualificados y avezados para dotar a la sociedad de armas eficientes con las que resistir los embates de la Naturaleza, adelantando propuestas efectivas para que el medio humano y la propia Naturaleza no lleguen a destruirse mutuamente; adelantándose también a los acontecimientos desde la idea de que determinados elementos del medio humano, pueden ofrecer resistencia a los efectos negativos de una catástrofe natural o inducida.

Decenas de millones de personas ya intentan desplazarse para poder comer, otras, a nuestro alrededor hacen cola en Cáritas, o las cocinas solidarias de todo occidente. Justo ahora despertar a Poseidón es lo que menos necesitábamos.

Figura 4. Oklahoma a mediados de 2016 ya sustenta el segundo récord de su historia de terremotos M>4 con 19 eventos registrados. Oklahoma (intraplaca) ya adelanta a California (interplaca) en lo que a este tipo de registros se refiere.