sábado, 27 de febrero de 2016

DESLIZAMIENTOS A LA VISTA


PUBLICADO EN iAGUA
LA CARRETERA NA-120 EN ABÁRZUZA (NAVARRA) TRAS LAS LLUVIAS DE ENERO Y FEBRERO DE 2013

La mayoría de las veces los movimientos de laderas no son ni espectaculares ni catastróficos y por ello difíciles de detectar antes de que sucedan, pero algunos científicos nos hemos formado para ello. 

Recordemos que en el año 2013, con lluvias récord en varios puntos de la península, los desperfectos y las pérdidas económicas se dispararon.


1. VUELVEN LOS TEMPORALES 

Después de un otoño y un invierno bastante secos vuelven las lluvias, especialmente en el cuadrante norte peninsular. Las lluvias desmesuradas traen consigo una suerte de efectos secundarios que hemos visto en las imágenes de los medios de comunicación: inundaciones, desalojos, daños a infraestructuras, deslizamientos, socavones y desprendimientos como resultado de varios factores.

Uno de ellos es sin duda la propia lluvia, el agua pesa, lubrica las partículas de los terrenos, disminuye la cohesión y puede convertir las laderas en pendientes inestables. Si el medio natural que acoge los efectos desestabilizadores ha sido modificado por el ser humano a través de excavaciones, modificados para promover actividades económicas, urbanizaciones, industria o infraestructuras de comunicación como vías férreas, carreteras o autovías, el impacto ya no es sobre el medio natural, sino sobre lo que podríamos llamar el medio humano. Entonces es cuando las pérdidas económicas, e incluso vidas, nos hacen plantearnos hasta qué punto estamos modificando un medio que apenas conocemos y menos aún podemos controlar.

Desde el último temporal los desprendimientos de tierras han proliferado especialmente en las comunidades del norte, pero también Andalucía y Canarias dan cuenta de varios puntos con problemas y cortes en las comunicaciones por carretera. Desde Pontevedra hasta Guipúzcoa, incluyendo la Rioja y Navarra se dan los casos más llamativos, el caso es que vuelven una y otra vez problemas que detienen el tráfico ferroviario, colapsan las autopistas o determinan la ruina de urbanizaciones enteras.

PORTADA DEL DIARIO DE NAVARRA DEL 7 DE ABRIL DE 2013. LAS LLUVIAS HISTÓRICAS PRODUJERON CIENTOS DE DESPRENDIMIENTOS EN LA COMUNIDAD FORAL DE NAVARRA Y FACILITÓ UN EPISODIO SÍSMICO EN UNA ZONA PROPENSA (LA SIERRA DEL PERDÓN) QUE CONCLUYÓ AL LLEGAR EL VERANO.


2. LA CULTURA DE LA ESTABILIDAD COMO PUNTO DE PARTIDA

El ser humano ha llegado a las cotas más elevadas de la evolución gracias, entre otras muchas cosas, al conocimiento científico y a su aplicación en la adecuación del medio para su propia comodidad. Así, las ciencias de la Tierra contribuyeron a identificar los terrenos más adecuados y estables para proyectar, esculpir y hacer realidad según qué obras de infraestructura, lineales, centrales energéticas etc., con objeto de facilitarse a sí mismo la existencia. Con el devenir de la modernidad y la disponibilidad de recursos geológicos que proporcionaban energías baratas y accesibles (en especial los hidrocarburos), la complejidad constructiva llegó a niveles nunca antes vistos en la historia, con ello también la noción de dominio del medio y de riesgo sufrieron un cambio paralelo en complejidad, siendo inicialmente ambas cuestiones concretas y sencillas, con el tiempo se convirtieron en difusas, complejas y hasta interesadas para según qué inversiones.

Durante los tiempos en que tanto la tecnología, cada vez más eficiente, como la posibilidad de crecimiento económico sostenido estuvieron presentes, las infraestructuras llegaron a cotas de diversidad y dificultad que requirieron cada vez en más cuantía asegurar la solidez y estabilidad del medio sobre el que se erigían: el terreno que las sustentaba. Cada vez más exigencias, condiciones más severas y restricciones que garantizaran el buen funcionamiento, la durabilidad y la estabilidad de nuestras obras, fueron necesarios. Tras analizar los fallos de aquellas que habían fracasado por alguna inadecuada previsión o debido a accidentes, una visión más holística, completa e integradora, comenzó a crecer y abrirse paso en todos los sectores por pura necesidad: nuestra interacción con el medio es cada vez más intensa con respuestas proporcionales. Los costes anuales de los desprendimientos y deslizamientos son muy variables, pero oscilan entre los 200 y 500 millones de euros.


3. ESPAÑA Y LOS DESLIZAMIENTOS

Ciudades y pueblos construidos en laderas inestables o cerca de paredes rocosas que sufren estos procesos naturales son frecuentes en la geografía ibérica. El riesgo de deslizamientos y desprendimientos abarca prácticamente todo el territorio nacional. En algunos casos, como en el valle del Guadalquivir, son frecuentes deslizamientos de menor entidad que dañan las carreteras y las vías de comunicación. En zonas montañosas, como los Pirineos, la cordillera Cantábrica, la Bética o la Ibérica, se producen las mayores inestabilidades, aquí se suelen movilizar millones de metros cúbicos de materiales. Entre 10 y 20 personas mueren al año debido a ello.

DESPRENDIMIENTOS EN LA NA-120 ESTELLA-BEASAIN TRAS EL TEMPORAL DE MARZO DE 2015

La mayoría de las veces los movimientos de laderas no son ni espectaculares ni catastróficos y por ello difíciles de detectar antes de que sucedan, pero algunos científicos nos hemos formado para ello. Recordemos que en el año 2013, con lluvias récord en varios puntos de la península, los desperfectos y las pérdidas económicas se dispararon. Antes también, pero desde aquel año el Ilustre Colegio Oficial de Geólogos de España (ICOG) está haciendo una vigorosa campaña de concienciación al respecto entre la ciudadanía y nuestros dirigentes. Se trata de evitar en la medida de lo posible, el daño que estos fenómenos naturales y provocados por nuestras prácticas nos trae cada episodio anual de lluvias y temporales. Estemos atentos al clima, los eventos extremos que vaticina la ciencia pueden ampliar el impacto de estos movimientos, buena parte de que el resultado final sea infausto está en nuestras manos.


4. GUÍA: RIESGO DE DESLIZAMIENTOS DEL TERRENO. COLEGIO OFICIAL DE GEÓLOGOS DE EUSKADI. PARA BAJARLA PINCHAR AQUÍ O EN LA FOTOGRAFÍA DE ABAJO.



lunes, 15 de febrero de 2016

TERREMOTO A RAGUSA. FIGLIO DE UN PIANETA CHE STA MALE


FOTO RAGUSANEWS

Pamplona, Spagna. 

Il giorno 8 febbraio 2016 alle ore 16,35 si è verificato un terremoto di magnitudo 4,7 a 17 km a NE di Ragusa, un terremoto che rientra negli standard abituali della zona. La regione mediterranea è sotto il profilo sismico attiva, ciò è dovuto alla confluenza verso il Nord (tra 4 e 10 mm/anno) della placca africana che spinge l’altra dell’Eurasia. Tale movimento ebbe inizio approssimativamente 50 milioni d’anni fa quando si chiuse il mar di Teti.

Il sottosuolo su cui poggiano i nostri piedi può sembrare sicuro e solido, però i terremoti, i vulcani e altri fenomeni naturali pericolosi insistono nel ricordarci che non è sempre così.

La Terra è un pianeta dinamico, con placche tettoniche in movimento, sensibile ai cambi accelerati del clima. Sappiamo che alla fine dell’ultima glaciazione, con la fusione delle grandi cappe di acqua gelata, la pressione liberata permise un recupero della crosta terrestre. In contemporanea ingenti quantità di acqua di fusione confluirono nei grandi bacini degli oceani, la deformazione e la flessione della crosta terrestre, allora, produssero molti movimenti che provocarono una gran ripresa dell’attività vulcanica, scosse sismiche, e smottamenti tanto nella terra ferma quanto in fondo al mare. In verità, per la metà o alla fine di questo secolo è previsto un aumento delle temperature, dovuto al comportamento umano, aumento simile a quello verificatosi verso la fine dell’ultima Glaciazione.

Nel 1783 l’eruzione del vulcano Laki (Islanda) influenzò per tre anni il clima del pianeta, in Europa morirono due milioni di persone. I raccolti furono molto scarsi, la fame, le malattie, la speculazione sui beni di prima necessità, tutto sfociò nella rivoluzione francese. Il cambio nel mondo sociale, economico e culturale ebbe un’origine geologica. Era l’inizio delle democrazie moderne. I tentativi di Napoleone nel 1812 e di Hitler nel 1941 mirati alla conquista di Mosca fallirono miseramente a causa del freddo estremo. Non fu un esercito a sconfiggerli ma un fenomeno planetario: il Niño.

Se certe condizioni piacevoli per il nostro stile moderno di vita subiscono alterazioni, la vita umana si considera minacciata. Questa non è una reazione vendicativa del pianeta bensì il frutto di una politica squilibrata che non rispetta il mezzo che più d’ogni altro garantisce la nostra esistenza.

Durante l’Olocene, la più recente epoca geologica che iniziò circa 12.000 anni fa, si verificarono catastrofi naturali estreme mai viste negli ultimi secoli. Raramente produssero disastri. Le società erano molto meno complesse. La nostra società moderna, globalmente interconnessa, si metterebbe davvero in discussione, se si vedesse esposta a tali pericoli. Alcuni degli eventi che si sono verificati appena qualche secolo fa potrebbero causare danni, se accadessero ora, senza precedenti su scala mondiale; la crisi attuale di sostenibilità non potrebbe che peggiorare.


Il Niño Godzilla di 2015-2016

Quali altri danni potrebbe ancora procurare questo Niño Godzilla?

Molti scienziati condividono con me quest’analisi storica: avvenimenti importanti della civiltà stabilmente costruita su questa “casa comune” ebbero un’origine geologica e climatica. Da qualche tempo non si produceva una migrazione di concetti dalla sfera religiosa alla scientifica, le due prospettive si sono guardate con diffidenza per secoli, però ora il concetto di “casa comune” si estende ad ambiti scientifici grazie alla penetrante visione olistica di Papa Francesco e della sua enciclica “Laudato sii”.

Tutti siamo d’accordo: grandi cambi naturali comportano inevitabilmente grandi cambi sociali.
Il Niño è in stretta relazione con un incremento della temperatura media globale. Il 2014 fu l’anno più caldo mai registrato nella storia, il 2015 lo superò e buona parte del 2016 resterà sotto l’influenza di questo Niño mostruoso. Met Office stima in 0,2 gradi il suo contributo.

In effetti, un nuovo studio pubblicato da Science nel gennaio del 2016 dimostra che la fusione della Groenlandia e l’innalzamento del livello del mare saranno di gran lunga peggiori di quanto previsto. Fino a poco tempo fa credevamo che la maggior parte dello spazio firn della Groenlandia, o la cappa porosa superiore del ghiaccio, dove si assorbe l’acqua del disgelo, fosse ancora disponibile, com’era successo per milioni d’anni. Invece una nuova ricerca ci sorprende svelandoci che già tutto questo non potrà avvenire più. Rilevazioni sopra il terreno indicano che la recente formazione di strati di ghiaccio denso in superficie impedisce all’acqua di penetrare attraverso il firn per accumularsi e ricongelarsi, costretta com’è a erodere anziché infiltrarsi. Il risultato più apprezzabile mostra che il firn reagisce al surriscaldamento dell’atmosfera più velocemente di quanto pensassimo. Si può tranquillamente anticipare, dunque, che la fusione dei ghiacciai della Groenlandia avviene a velocità superiore al previsto.

Un pianeta interdipendente

In un pianeta così interdipendente non solo i modelli climatici risultano scombinati dal cambio delle correnti d’acqua, d’aria o di calore, ma anche le cappe profonde. Il medio ambiente può influire sull’attività di vulcani e faglie. Nei vulcani circondati da ghiaccio come in Islanda, lo scioglimento veloce alla fine dell’ultima glaciazione provocò l’espulsione di magma che prima era stata contenuta dal peso del ghiaccio. Alla fine dell’ultima glaciazione l’Islanda “esplose” per 1500 anni, la sua attività vulcanica passò a essere da 30 a 50 volte superiore. Un chilometro di cappa di ghiaccio lo aveva impedito. La rivoluzione francese fu un effetto, come abbiamo visto.

Le eruzioni del vulcano Pavlof in Alaska sembra che siano strettamente correlate al clima, anche quelle del monte Santa Helena, del Vesuvio o quelle dell’Etna. Sistemi di tempeste di bassa pressione che si formano in inverno provocano un innalzamento del livello del mare di vari decimetri, un peso addizionale di acqua sufficiente capace di esercitare una pressione che faccia eruttare il magma. Analizzando gli ultimi 100.000 anni, il livello del mare ha svolto un ruolo essenziale nel vulcanismo e nei terremoti climatici.

Se quest’effetto lo limitiamo ai margini continentali e archi insulari dove si trova il 95% dei vulcani attivi di tutto il pianeta, i risultati prevedono effetti preoccupanti già dentro di un paio di decadi, quando il livello del mare aumenterà molto di più. L’incremento parallelo al riscaldamento dei terremoti climatici è un fatto che si sta approfondendo.

Viviamo in un’epoca in cui milioni di persone si mettono in fila per un pasto nei centri solidali di tutto il mondo, emigrano, abbandonando terre già sterili, combattono guerre per accaparrare beni di prima necessità; in questi momenti l’energia, l’acqua, la casa o l’alimentazione sono beni sottoposti a una crescente pressione, investiti da ogni tipo di speculazione finanziaria che lo stesso Francesco non ha potuto non denunciare. E tutto questo si produce esattamente in un momento in cui gli effetti debilitanti del cambio climatico antropogenico s’insinuano sempre più minacciosi in tutti gli angoli del nostro mondo e della nostra vita. L’ultima cosa di cui avevamo bisogno era proprio svegliare Poseydon!



Prof. Antonio Aretxabala, geologo
Scuola di Architettura, Università di Navarra


Traduzione di Un Uomo libero.
© Tutti i diritti riservati all’Autore

¿APRENDEMOS ALGO DE LOS TEMPORALES?


FEBRERO DE 2016: OTRO TEMPORAL AZOTA EL SARDINERO (SANTANDER). FOTO @latierruca


Nuevamente La Coruña, Gijón, Santander, Bermeo, Zarauz, San Sebastián… se van despertando de un temporal que deja daños millonarios, tragedias materiales y humanas, como la del bebé desaparecido en Navia. Acontecimientos violentos que sucedían hace años con frecuencias de décadas ahora se nos presentan todos los años y a veces más de una vez. Puede en parte ser el ‪‎cambio climático que nos está trayendo los ‪eventos extremos con mayor asiduidad, advertencias no nos faltan desde hace décadas. El arreglo de los enormes desperfectos cuenta la ciencia popular, y también la académica, en cierto modo parecen buscados por el ser humano, pero tendremos una 'alegría': se sumarán al PIB. Sin embargo, está claro que no se trata de un 'crecimiento', sino de un parcheado que tiende a procurar las mismas condiciones anteriores a la catástrofe. El ‪cambio climático es la pura expresión de cómo la economía se hace trampas al solitario; el crecimiento puede ser ineconómico.

Sería deseable que las formas de aprender de las comunidades se desarrollasen a partir de la investigación y por lo tanto de la previsión y disposición del territorio, arquitectura y diseño urbano, en vez de que las lecciones dadas por la Naturaleza vengan de la mano de desastres y tragedias. La vulnerabilidad es la expresión de los efectos que un evento determinado tendrá sobre una comunidad o sociedad afectada, pero no debemos caer en la tentación de identificarla plenamente con las pérdidas económicas. Hacerlo refuerza la idea de que valorarla económicamente es una labor posterior a la catástrofe, y además tiende a reducir su alcance exclusivamente al de las pérdidas económicas, ofreciendo una visión totalmente economicista, deshumanizada y antinatural de la dinámica del planeta y de la sociedad.

La vulnerabilidad debe incorporar la idea de que determinados elementos del medio humano pueden ofrecer cierta resistencia a los efectos adversos de una catástrofe. Dicho de otra manera: no puede quedarse en un simple cómputo de cuántos daños económicos puede producir una catástrofe, que es lo que se suele llamar exposición, sino que debe incluir la estimación de la resistencia a sufrir daños que incorpora cada pieza del sistema, cada individuo, cada comunidad, echando mano de su cultura individualmente y en su conjunto la colecticvidad.

Cada vez que se produce una catástrofe de origen natural o provocada por nosotros, como pueda ser un temporal como el que atravesamos, un terremoto, unas inundaciones, un tornado, roturas de presas que no dieron importancia a la intensidad climática…, los estudios posteriores que identifican configuraciones urbanas y dinámicas geológicas no tenidas en cuenta, como en el caso de grandes obras de infraestructura, apuntan a que una y otra vez tras los informes de análisis posteriores, se señalan siempre las mismas deficiencias relacionadas con un insuficiente conocimiento del medio y la adecuación de nuestras actividades a un territorio evolutivo, cambiante y a veces vehemente. 

DESTROZOS EN SOMO (CANTABRIA) EN MARZO DE 2014. CADA AÑO LOS MISMOS ESTROPICIOS.

Una y otra vez ven la luz los mismos fallos denunciados en las experiencias anteriores. Las medidas que se toman casi siempre son correctoras después de las desgracias, y suelen anunciarlas nuestros dirigentes con mucha fanfarria, bombo y platillo. Casi son nulas las medidas preventivas, las cuales se ven aún como algo carente de valor próspero o de reconocido éxito para paliar el próximo embate. La implantación de políticas preventivas y optimizadoras, acordes con los rasgos ambientales, geológicos, climáticos, y de distribución del territorio, todavía se advierten por parte de nuestros dirigentes, como algo difuso o limitativo de desarrollo económico, la experiencia al respecto de quien suscribe ha sido vivida en varias ocasiones como consecuencia de reafirmar el valor de la prevención ante el desaforado y voraz impulso de los gobiernos locales y grandes empresas a gastar ingentes cantidades de recursos en enormes parches que a veces son amplificadores de los desastres.

La cultura del 'hormigonazo' se resiste a ser zanjada de manera definitiva de las instituciones y grandes empresas españolas en favor de la cultura de lo sostenible. Las actuaciones post-catástrofe se orientan mucho más hacia una exigencia de recuperación de la situación igual a la anterior que hacia la posibilidad de impulsar nuevas políticas para garantizar la resistencia futura y la resiliencia.

La extraordinaria complejidad del entramado jurídico español sobre, por ejemplo, la gestión del agua, y la confusión derivada de su frecuente uso en el ámbito de los enfrentamientos políticos, son responsables en buena medida también de nuestras catástrofes, a veces mucho más que su desequilibrado reparto e incomprendida dinámica, tanto marítima como fluvial. Ríos saturados de grandes embalses y costas urbanizadas hasta límites esquizofrénicos están en estrecho contacto con una atmósfera cambiante que determina en buena medida la dinámica del medio conquistado, comprenderlo es la mejor manera de no volver a repetir las escalofriantes escenas de los temporales invernales, inundaciones, deslizamientos, avalanchas... Los pulsos a la Naturaleza siempre los pierde el Homo Tecnologicus.





EN LA MECÁNICA DEL CARACOL DE RADIO EUSKADI
(A PARTIR DEL MINUTO 27) CON EVA CABALLERO